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Luke 23

:
Spanish - RV1858
1 LEVANTÁNDOSE entónces toda la multitud de ellos lleváronle á Pilato.
2 Y comenzaron á acusarle diciendo: A este hemos hallado que pervierte la nacion, y que veda dar tributo á Cesar, diciendo que él es el Cristo, el Rey.
3 Entónces Pilato le preguntó, diciendo: ¿Eres el Rey de los Judíos? Y respondiendo él, dijo: Tu [lo] dices.
4 Y Pilato dijo á los príncipes de los sacerdotes, y á las gentes: Ninguna culpa hallo en este hombre.
5 Mas ellos porfiaban, diciendo: Alborota al pueblo, enseñando por toda Judéa, comenzando desde Galiléa hasta aquí.
6 Entónces Pilato, oyendo [hablar] de Galiléa, pregunto si el hombre era Galiléo.
7 Y como entendió que era de la jurisdiccion de Heródes, le remitió á Heródes, el cual tambien estaba en Jerusalem en aquellos dias.
8 Y Heródes, viendo á Jesus, holgóse mucho, porque hacia mucho [tiempo] que deseaba verle; porque habia oido de él muchas cosas, y tenia esperanza que le veria hacer alguna señal.
9 Y le preguntaba con muchas palabras; mas él nada le respondió.
10 Y estaban los príncipes de los sacerdotes y los escribas acusándole con gran porfía.
11 Mas Heródes con su corte le menospreció, y escarneció, vistiéndole de una ropa rica; y volviólo á enviar á Pilato.
12 Y fueron hechos amigos entre Pilato y Heródes en el mismo dia; porque ántes eran enemigos entre sí.
13 Entónces Pilato, convocando los príncipes de los sacerdotes, y los magistrados, y el pueblo,
14 Les dijo: Me habeis presentado á este por hombre que desvía al pueblo; y aquí, preguntando yo delante de vosotros, no he hallado alguna culpa en este hombre de aquellas de que le acusais.
15 Y ni aun Heródes; porque os remití á él, y aquí que ninguna cosa digna de muerte ha hecho.
16 Le soltaré pues castigado.
17 Y tenia necesidad de soltarles uno en cada fiesta.
18 Mas toda la multitud dió voces á una diciendo: Quita á este [la vida,] y suéltanos á Barrabás:
19 El cual habia sido echado en la cárcel por una sedicion hecha en la ciudad, y una muerte.
20 Y hablóles otra vez Pilato, queriendo soltar á Jesus.
21 Pero ellos volvieron á dar voces diciendo: Crucifícale, crucifícale.
22 Y él les dijo la tercera vez: ¿Pues qué mal ha hecho este? ninguna culpa de muerte he hallado en él: le castigaré, pues, y soltaré[lo.]
23 Mas ellos instaban á grandes voces pidiendo que fuese crucificado; y las voces de ellos y de los príncipes de los sacerdotes crecian.
24 Entónces Pilato juzgó que se hiciese lo que ellos pedian.
25 Y les soltó á aquel que habia sido echado en la cárcel por sedicion y una muerte, al cual habian pedido; y entregó á Jesus á la voluntad de ellos.
26 Y llevándole, tomaron á un Simon Cirenéo, que venia del campo, y le pusieron encima la cruz para que la llevase tras Jesus.
27 Y le seguia una grande multitud de pueblo, y de mujeres, las cuales le lloraban, y lamentaban.
28 Mas Jesus, vuelto á ellas, les dice: Hijas de Jerusalem, no me lloreis á mí, mas llorad por vosotras mismas, y por vuestros hijos.
29 Porque aquí vendrán dias en que dirán; Bienaventuradas las estériles, y los vientres que no engendraron, y los pechos que no criaron.
30 Entónces comenzarán á decir á los montes: Caed sobre nosotros; y á los collados: Cubridnos.
31 Porque si en el árbol verde hacen estas cosas, ¿en el seco, qué se hará?
32 Y llevaban tambien con él otros dos, malhechores, á ser muertos.
33 Y como vinieron al lugar que se llama de la Calavera, le crucificaron allí, y á los malhechores, uno á la derecha, y otro á la izquierda.
34 Y Jesus decia: Padre, perdónalos; porque no saben lo que hacen. Y partiendo sus vestidos, echaron suertes.
35 Y el pueblo estaba mirando; y se burlaban [de el] los príncipes con ellos, diciendo: A otros hizo salvos; sálvese á sí, si este es el Mesías, el escogido de Dios.
36 Escarnecian de él tambien los soldados, llegándose y presentándole vinagre,
37 Y diciendo: Si eres el Rey de los Judíos, sálvate á mismo.
38 Y habia tambien sobre él un título escrito con letras griegas, y latinas, y hebráicas: ESTE ES EL REY DE LOS JUDÍOS.
39 Y uno de los malhechores que estaban colgados, le injuriaba, diciendo: Si eres el Cristo, sálvate á mismo y á nosotros.
40 Y respondiendo el otro, reprendióle diciendo: ¿Ni aun temes á Dios, estando en la misma condenacion,
41 Y nosotros, á la verdad, justamente [padecemos;] porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas este ningun mal hizo.
42 Y dijo á Jesus: Acuerdate de cuando vinieres á tu reino.
43 Entónces Jesus le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraiso.
44 Y cuando era como la hora de sexta fueron hechas tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora de nona.
45 Y el sol se oscureció, y el velo del templo se rompió por medio.
46 Entónces Jesus, clamando á gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, espiró.
47 Y como el centurion vió lo que habia acontecido, dió gloria á Dios diciendo: Verdaderamente este hombre era justo.
48 Y toda la multitud de los que estaban presentes á este espectáculo, viendo lo que habia acontecido, se volvian hiriendo sus pechos.
49 Mas todos sus conocidos, y las mujeres que le habian seguido desde Galiléa estaban de léjos mirando estas cosas.
50 Y aquí un varon llamado José, el cual era senador, varon bueno y justo,
51 El cual no habia consentido en el consejo ni en los hechos de ellos, de Arimatéa, ciudad de la Judéa, el cual tambien esperaba el reino de Dios;
52 Este llegó á Pilato, y pidió el cuerpo de Jesus.
53 Y quitado, le envolvió en una sábana: y le puso en un sepulcro abierto en una peña, en la cual ninguno habia aun sido puesto.
54 Y era dia de la víspera [de la Pascua;] y estaba para rayar el Sábado.
55 Y las mujeres que con él habian venido de Galiléa, siguieron tambien, y vieron el sepulcro, y como fué puesto su cuerpo.
56 Y vueltas aparejaron [drogas] aromáticas, y ungüentos; y reposaron el Sábado, conforme al mandamiento.