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Job 34

:
Spanish - BTA1825
1 Continuando Eliú su discurso, añadió lo siguiente:
2 Oíd, oh sabios, mis palabras; y vosotros, prudentes, prestadme atención;
3 puesto que el oído atento juzga de los razonamientos, como el paladar discierne por el gusto los manjares.
4 Examinemos bien entre nosotros el punto, y veamos de común acuerdo lo que sea más verdadero y acertado.
5 Es así que Job ha dicho: Yo soy justo, y Dios ha abandonado mi causa,
6 pues hay error en el juicio que de se ha hecho; violenta es la saeta que tengo atravesada, sin que haya en pecado alguno. Así ha hablado.
7 ¿Qué hombre hay, pues, semejante a Job que insulta, como quien bebe un vaso de agua;
8 que se asocia con los que obran la iniquidad, y sigue las sendas de los impíos?
9 Pues ha dicho: No será el hombre grato a Dios, por más que corra por los caminos del Señor.
10 Por tanto vosotros que sois varones cuerdos estadme atentos: Lejos de Dios toda impiedad, y del Todopoderoso toda injusticia.
11 Porque él ha de dar a las obras del hombre su pago merecido; y los ha de remunerar según la conducta de cada uno;
12 siendo como es verdad que Dios no condena sin razón, ni el Omnipotente trastorna jamás la justicia.
13 ¿Ha cedido él a algún otro sus veces sobre la tierra? ¿O a quién ha encargado gobernar el mundo que fabricó?
14 Si con su corazón airado se pusiese él a mirarle, se atraería otra vez a el espíritu y el aliento que le dio.
15 Toda carne perecería de un golpe, y el hombre se tornaría en polvo.
16 Ahora bien, si tienes entendimiento, atiende a lo que se dice, y escucha mis palabras.
17 ¿Por ventura puede ser capaz de curación el que no ama la justicia? Pues cómo condenas tanto a aquel Señor que es el justo por esencia?
18 A aquel que condena y castiga como prevaricadores a los mismos reyes, y como impíos a los grandes;
19 que no repara en que sean príncipes ni hace caso de que sean tiranos o poderosos, cuando pleitean contra el pobre; porque todos igualmente son hechura de sus manos.
20 Morirán de repente, y los pueblos a medianoche se alborotarán y andarán de una parte a otra, y acabarán sin el menor esfuerzo con los tiranos.
21 Porque los ojos de Dios observan los caminos de los hombres, y tiene él contados todos sus pasos.
22 No hay tinieblas, no hay sombras de muerte, que basten para ocultar a los que obran la iniquidad.
23 Pues no está en poder del hombre dejar de comparecer a juicio ante Dios.
24 El cual quitará de en medio a una multitud innumerable, y sustituirá otros en su lugar;
25 porque conoce bien sus fechorías; y por tanto prepara la noche en que serán aniquilados.
26 Los castigó como a impíos, a la vista de todo el mundo.
27 Porque, como de propósito, se alejaron de él; y no quisieron saber nada de todas sus disposiciones;
28 de suerte que hicieron subir hasta él los clamores de los miserables y el grito de los pobres.
29 Porque al que él concede la paz, o le perdona, ¿quién lo condenará? Y ¿quién amparará al que él abandona, ya sea nación, o bien un particular?
30 El es el que permite que entre a reinar un hipócrita o tirano, por causa de los pecados del pueblo.
31 Ahora, pues, ya que he hablado de Dios y en su defensa, no estorbaré que hables también lo que quieras.
32 Si he errado, enséñame el error; si me pruebas que he hablado la iniquidad, no diré nada más.
33 ¿Acaso te ha de pedir Dios a ti cuenta de mi discurso, que tanto te desagrada e inquieta? El hecho es que comenzaste a discurrir, y no yo; mas si sabes alguna cosa mejor, habla.
34 Pero yo quisiera escuchar a hombres de entendimiento, y hablar con gente sabia.
35 Porque Job ha hablado neciamente, y sus palabras no suenan buena doctrina.
36 Por lo mismo, oh Padre mío, sea Job atribulado hasta el fin; no dejes en paz a ese mal hombre.
37 Porque él añade a sus demás pecados la blasfemia; nosotros entretanto le estrecharemos, y entonces apele en sus discursos al juicio de Dios.