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Jeremiah 14

:
Spanish - BTA1825
1 Palabras que habló el Señor a Jeremías sobre el suceso de la sequedad.
2 La Judea está cubierta de luto, y sus puertas destruidas y derribadas por el suelo, y Jerusalén alza el grito hasta el cielo.
3 Los amos envían a sus criados por agua; van éstos a sacarla, y no la encuentran, y se vuelven con sus vasijas vacías, confusos y afligidos, y cubiertas sus cabezas en señal de dolor.
4 A causa de la esterilidad de la tierra, por haberle faltado la lluvia, los labradores, abatidos, cubren sus cabezas,
5 pues hasta la cierva, después de haber parido en el campo, abandona la cría por falta de hierba;
6 y los asnos bravíos se ponen encima de los riscos, atraen a la frescura del aire, como hacen los dragones; y ha desfallecido la luz de sus ojos, por no haber hierba con qué alimentarse.
7 Aunque nuestras maldades dan testimonio contra nosotros, tú, ¡oh Señor!, míranos con piedad por amor de tu santo Nombre; pues nuestras rebeldías son muchas, y hemos pecado gravísimamente contra ti.
8 ¡Oh esperanza de Israel y salvador suyo en tiempo de tribulación!, ¿por qué has de estar en esta tierra tuya como un extranjero y como un caminante que sólo se detiene para pasar la noche?
9 ¿Por qué has de ser para tu pueblo como un hombre que va divagando, o como un campeón sin fuerzas para salvar? Ello es, ¡oh Señor!, que habitas entre nosotros, y nosotros llevamos el nombre de pueblo tuyo; no nos abandones, pues.
10 Esto dice el Señor a ese pueblo que tanto gusta tener siempre en movimiento los pies, y no sosiega, y ha desagradado a Dios: Ahora se acordará el Señor de sus maldades y tomará cuentas de sus pecados.
11 Y me dijo el Señor: No tienes que rogar que haga bien a ese pueblo.
12 Cuando ayunaren, no atenderé a sus oraciones, y si ofrecieron holocaustos y víctimas, no los aceptaré; sino que los he de consumir con la espada, con el hambre y con la peste.
13 Entonces dije yo: ¡Ah!, ¡ah! ¡Señor Dios mío! ¡Ah!, que los profetas les dicen: No temáis; no veréis vosotros la espada enemiga; ni habrá hambre entre vosotros; antes bien os concederá el Señor una paz verdadera en este lugar.
14 Y me dijo el Señor: Falsamente vaticinan en mi nombre esos profetas: yo no los he enviado, ni dado orden alguna, ni les he hablado; os venden por profecías, visiones falsas, y adivinaciones, e imposturas, y las ilusiones de su corazón.
15 Por tanto, esto dice el Señor: En orden a los profetas que profetizan en mi Nombre, sin ser enviados por diciendo: No vendrá espada ni hambre sobre esta tierra; al filo de la espada y por hambre perecerán los tales profetas.
16 Y los moradores de los pueblos, a los cuales éstos profetizaban, serán arrojados por las calles de Jerusalén , muertos de hambre, y al filo de la espada ellos y sus mujeres, y sus hijos e hijas, sin que haya nadie que les sepultura; y sobre ellos derramaré el castigo de su maldad.
17 Y les dirás entretanto estas palabras: Derramen mis ojos sin cesar lágrimas noche y día, porque Jerusalén , la virgen hija del pueblo mío, se halla quebrantada de una extrema aflicción, con una llaga sumamente maligna.
18 Si salgo al campo, yo no veo sino cadáveres de gente pasada a cuchillo; si entro en la ciudad, he aquí la población transida de hambre. Hasta los profetas y los sacerdotes son conducidos cautivos a un país desconocido.
19 ¿Por ventura, Señor, has desechado del todo a Judá? ¿O es Sión abominada de tu alma? ¿Por qué, pues, nos has azotado con tanto rigor, que no nos queda parte sana? Esperamos la paz o felicidad, y no tenemos ningún bien; y el tiempo de restablecernos, y he aquí que estamos todos llenos de confusión.
20 ¡Oh Señor!, reconocemos nuestras impiedades y las maldades de nuestros padres: Pecado hemos contra ti.
21 No nos dejes caer en el oprobio, ¡oh Señor!, por amor de tu Nombre: Ni nos castigues con ver ultrajado el templo, solio de tu gloria; acuérdate de mantener tu antigua alianza con nosotros.
22 Pues qué, ¿hay por ventura entre los simulacros o ídolos de las gentes quién la lluvia? ¿O pueden ellos desde los cielos enviarnos agua? ¿No eres el que la envías, Señor Dios nuestro, en quien nosotros esperamos? Sí: porque eres el que ha hecho todas estas cosas.